Querido julio:

Tal vez es raro estar escribiéndole una carta a un mes. No lo sé, ya me lo dirás vos, pero pensé que sería una forma nueva y original de contarte como fuiste. Mientras, dejame escribir(te).

Siempre sos mi mes favorito: dos semanas de vacaciones y el frío más intenso del año. A pesar de la rareza de estos tiempos, ambas cosas se cumplieron. Sin embargo, las vacaciones no se sintieron como vacaciones, se notaba la ausencia de ese sentimiento de por fin estar en casa, de hacer alguna salida al cine con amigos o con familia, de juntarse para disfrutar de la tranquilidad y de la ausencia de exámenes por un tiempo.

Lo que si estuvo presente, con una perseverancia que casi asusta, es la tormenta que se desata en la tranquilidad de las semanas libres de algunas obligaciones. Mitad de año, pasamos cuatro meses a fuerza de videollamadas y quedan cuatro más que, con suerte, terminarán finalmente con un atisbo de la vieja normalidad. La calma que da lugar a remolinos de planes, angustias, pensamientos e inseguridades. 

Te destacaste en cuanto a lecturas, ¡pude leer diez libros por primera vez en bastante tiempo! Como siempre, hubo de todo: leí en inglés, non-fiction, novelas, teatro, cuentos y hasta poesía. Sin quererlo ni ser consciente con las elecciones, pude variar con los géneros, disfrutar y aprender cosas nuevas.

¡Vi cuatro películas! Ya sabés que aunque me encantan, que yo vea dos por mes ya es una cantidad abismal, así que rompiste el récord, récord totalmente inútil pero por qué no mencionarlo, ¿verdad? 

También sabés que siempre en los resúmenes variados del mes menciono alguna canción que se me pegó y que no pude dejar de tararear por lo bajo sin dejar a todos hartos de mi espantosa voz. Bueno, este no es exactamente un resumen pero voy a ponerlo porque me resulta fácil unir canciones con recuerdos y épocas de mi vida. Y esto, este año, está siendo una gran etapa que no voy a olvidar. Así como 'Top of the world' de Carpenters, 'betty' de Taylor Swift y el álbum de David Arkenstone que estoy escuchando en este mismo momento y que siempre me pone de buen humor. Hay algo pegadizo y alegre en esas melodías que me hace querer ponerme a bailar, a la vez que recuerdo la de veces que las escuché de niña y lo sigo haciendo ahora de más grande.

Tus vacaciones también trajeron vida al blog: después de muchos meses publiqué más de tres entradas y una reseña, además del diario literario que me salió espontáneamente y pensé why not? Un popurrí de cosas que me gustan y que hacen que de a poco avancemos.

En otros aspectos, estuviste lleno de risas, a pesar de los altibajos. De lecturas y películas compartidas, de mensajes con amigos, de alguna que otra sorpresa, de experimentos en la cocina, de lecciones de alemán, de crucigramas a medio llenar, de listas, de sol por el balcón y en la plaza (ese sol de inverno que quema pero que no quema, que es una caricia al alma y a la piel), de escritura y de colores. Si te tengo que describir en un color, julio, sos amarillo. Amarillo intenso y cálido, como un rayito de sol y como una margarita. Ese mismo tono que miro y me pone contenta, que es el color de la vida y la actividad.

Hasta el año que viene.

With love,